sábado, 13 de marzo de 2010

“De las modelos y las no tanto; concepción física sobre la mujer en la cultura occidental”

“De las modelos y las no tanto; concepción física sobre la mujer en la cultura occidental”


El cuerpo es el primer instrumento por el cual conocemos el mundo, y a su vez es el medio por el cual los otros conocen o al menos intentan conocer el nuestro, incluso los otros que son diferentes a ti van más allá de la mera observación cuando por medio del cuerpo van juzgando nuestro valor en la sociedad, llegando a predeterminar el futuro de alguien en base a la imagen corporal que se posee, seas hombre o mujer siempre hay alguien que te juzga según tu cuerpo. Sin embargo el mayor problema de estos juicios corporales es el impacto y el espacio de importancia con el que se impregna la sociedad y de cómo esta establece el resultado final. Es así que de a poco se van imponiendo ciertos tipos de “cuerpos” como modelos a seguir e imitar por las masas, creando la idea de que si no se posee cierto ideal estético estás destinado a ser discriminado de la sociedad.

Con esto me acerco al tema de este ensayo, creo que las mujeres con el pasar de los años hemos debido mutar nuestra imagen corporal según cánones ideados por pocos, pero que nos han sido impuestos por muchos a través de los medios de comunicación y el control social que ejercen en la vida común. Ejemplos hay muchos tales como: películas, programas televisivos, revistas mensuales, comerciales de televisión e incluso la literatura logrando por medio de éstos que el modelo perfecto según algunos deba ser el alcanzado bajo cualquier costo por las mujeres.

Fenómeno Histórico

Este fenómeno cultural determinante del cuerpo femenino no es nuevo, desde épocas remotas en la sociedad se han establecido cánones hacia el cuerpo de la mujer, en la antigüedad se necesitaban mujeres sanas y robustas que pudieran soportar el parto sin morir o enfermarse de gravedad, la apariencia de éstas no era tan necesaria en la medida que pudieran tener hijos sanos para continuar el legado de la familia. Ya en la época medieval el cuerpo de la mujer era el instrumento de perdición del hombre en su camino al cielo, por ello concentraba la mujer todo el pecado y maldad, logrando con esto que las féminas taparan su cuerpo recatadamente para evitar ser una “mala mujer”. En la época moderna, en cambio, el cuerpo de la mujer debía responder a cánones literarios como el romanticismo, ya no estaban cubiertas de tela tapando su cuerpo, y mucho menos requerían que su cuerpo fuese robusto y sano para el milagro de tener hijos, ahora su físico su rostro dependía del canon literario romántico donde las mujeres blancas casi níveas, delicadas llenas de sentimientos eran el prototipo enseñado por la literatura a la sociedad. Sin embargo hacia fines del siglo XIX entrando al XX la mujer tuvo un destape y sus cuerpos escondidos alguna vez pudieron liberarse y cultivar su físico de manera saludable, abocándose también en la belleza natural que podían tener sin pasar por ser pecadoras o lánguidas mujeres románticas, este momento es también cuando surgen los primeros movimientos feministas que propiciaron el contexto para el destape corporal femenino.

Ya en el siglo XX la mujer comienza a liberarse de corsets ceñidos y enfermizos, cambiándolos por sostenedores que le brindaron mayor libertad de movimiento, la ropa era menos pesada, el cuerpo terminó siendo ágil y más saludable, pero contrariamente es en esta época donde el destape y la libertad debían ser lo primordial en el cuerpo femenino, ya que el prototipo de cuerpo de la mujer se hace dañino y transmitido por medios de comunicación en masa. La mujer debía ser delgada y bella para triunfar, tal como las actrices del cine de Hollywood o de las mini series que se transmitían por televisión como modelos a seguir poseedoras de gran influencia en todo televidente femenino.

A continuación siguió el auge de la prensa y de las revistas donde cada día que pasaba aparecían más mujeres modelos perfectas de rostro y cuerpo, las que lograban buenos contratos, apuestas parejas, se casaban, se veían felices, probablemente lo fueron, pero lo triste, dramático y problemático es que el común de mujeres no podía llegar a ser lo que veían a través de los medios, mujeres como las sexys Pin-Up, perfectas y bellas como Audrey Hepburn o bombas mediáticas y bellas como Marilyn Monroe. Esta problemática no se queda solamente en el cono norte del planeta, es un fenómeno mundial, gracias a la globalización muchos problemas de un sector geográfico en especial se transmitieron al mundo, llegando hasta a países como Chile.

En nuestro país hay una gran tasa de obesas y obesos, según datos de la revista chilena de nutrición el 61,3% de la población en Chile sufre de sobrepeso y obesidad, hablamos de gente que puede tener entre 5 Kg. de peso de sobra o hasta más de 30 Kg. Estas personas se ven constantemente bombardeadas por publicidad que discrimina su condición corporal llegando a causar problemas sicológicos, sobretodo a las mujeres quienes, como dice la psicóloga Rosa Behar, determinan su vida según su forma corporal a diferencia del hombre entregando protagonismo al cuerpo sobre el espíritu que puedan poseer[1], a continuación daré un ejemplo del valor de lo físico sobre lo mental o espiritual.

En el liceo tuve una amiga muy cercana con sobrepeso por problemas hormonales, ella cuidaba cada comida de la cual hacía ingesta diaria, controlaba calorías, proteínas, bebidas y frutas, todo para mantener su peso, siempre decía que nadie iba darle trabajo por su sobrepeso y además sostenía a diario que mucho menos iba encontrar pareja, generando por lo tanto rechazo por parte de ella misma hacia su persona, lo que la llevó a tener una gran depresión que sigue hasta el día de hoy. La presión que vivió mi amiga es de la misma intensidad con la que vivimos día a día la determinación social sobre lo que es “ser mujer” sobre el comportamiento que nos designan culturalmente por el hecho de haber nacido biológicamente como mujer.

Por otro lado esta gran influencia en el cuerpo de la mujer genera graves trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia, enfermedades que matan el espíritu, y el cuerpo por sobretodo. Ya nadie se preocupa de su salud corporal sino mas bien de cómo te van a juzgar por tu aspecto físico, y eso es un problema latente en Chile. Para Rosa Behar la cultura occidental propende a generar estos trastornos alimenticios en las mujeres [2], la cultura chilena rechaza categóricamente a mujeres obesas declarándolas inservibles para los fines de vivir en sociedad y entregar aportes a esta. De nuestros rostros televisivos son pocas las mujeres con sobrepeso evidente que trabajan establemente en programas, el caso más llamativo es Vivi Kreutzberger quien a pesar de muchos años mostrándose tal cual como era su genética volvió este año a la televisión muy delgada, se ve maravillosa pero yo me pregunto cuáles habrán sido sus reales motivos para adelgazar tanto. Será que ¿algún ejecutivo de su canal de trabajo pidió aquel cambio de imagen? Si fuese así el cambio no me sorprendería ya que es lo mas normal para un medio de comunicación tan masivo como la televisión. No obstante aquel simple hecho, adelgazar, puede significar que si Vivi adelgazó por decisión propia tal vez no fue por gusto, sino por necesidades de otros, siendo la consecuencia mas grave esto debido a que si muchas mujeres siguen a Vivi como ejemplo de aceptación es muy probable que ahora se quedaron sin ese personaje similar a ellas que no tomaba en cuenta al medio en el cual se desenvolvía.

En este momento el sistema de control social sobre el cuerpo o la imagen de éste se ha llevado a otro punto, el control ha crecido en abundancia por el carácter competitivo que impone el sistema del mundo, la constante competencia entre pares pide a gritos la perfección tanto en inteligencia como en belleza, cayendo como siempre el mayor peso en las espaldas de mujeres que no son agraciadas en imagen como lo dictamina la sociedad, su valía como humano profesional vale menos, entregando mayor presión a la hora de esforzarse en el cambio físico que se “necesita” para lograr el éxito profesional transformándose muchas veces el proyecto de la dieta de alimentos en frustraciones de vida.

En base a la formación que adquirí sobre género y las construcciones sociales que éste nos muestra se puede ver que el estereotipo ideal en cuanto al orden sobre el cuerpo de la mujer la estratifica, le hace tener un camino forzado y a su vez le maldice en cada paso que da, objetiva el cuerpo de la fémina, afirma que cualquier cosa que logre no tiene valor si no posee la imagen física que pide la sociedad, este hecho aumenta aún más el vacío de la vida pública de la mujer frente al lugar del hombre que se ve poco comprometido o mas bien interesado en lo que pueda decirle algún medio de comunicación, si no se le tuviera miedo al espacio público creo que todos participaríamos de el. Por la idea anterior yo me pregunto si realmente da confianza dejar el ámbito privado y salir al espacio público teniendo en cuenta que te juzgarán si tu cuerpo no es perfecto, siento que muchas mujeres quieren y tienen las posibilidades de desarrollarse como trabajadoras fuera del hogar pero no lo hacen por temor al juicio social, ¿a caso el entorno te entrega seguridad de desarrollo? Sabemos que la seguridad es esquiva, y no es aplicable sólo el caso de mujeres mayores, están las jóvenes mujeres de grandes capacidades que se han visto ponchadas por no tener nariz respingada o ser una esbelta mujer de 1,80. Creo que si día a día se ven ejemplos de mujeres bellas y exitosas, si cada día por medio de la televisión vemos perfectas modelos mediáticas con siliconas lograr objetivos ¿qué ejemplo se puede tomar de esas imágenes tan alejadas de la realidad? creo que el resultado de esa imágenes ya lo tenemos claro.

Para terminar puedo decir que este discurso y a la vez control social sobre cómo debe ser el cuerpo de la mujer también entra como categoría de análisis en las temáticas de género, siento que está intrínsecamente unido al real destape de las mujeres, porque si no te ata tu propio cuerpo ya nada más lo hará.

[1] Cf. Behar, Rosa. “La construcción cultural del cuerpo”, en “Mujers chilenas; fragmentos de una historia”, Santiago de Chile, Ediciones Catalonia, Pág. 594.

[2] IBID. Pág. 591



Bibliografía

- Behar, Rosa. “La construcción cultural del cuerpo”, en “Mujeres chilenas; fragmentos de una historia”, Santiago de Chile, Ediciones Catalonia.

- Scielo. Revista Chilena de nutrición, v.32 n.2 Santiago agosto 2005. Versión online, publicada 30 de Julio de 2005. 17 Noviembre 2009.


1 comentario:

  1. Recuerdo que me enviaste ese ensayo por messenger. Lo encontre interesante, de hecho te envie un video de una propaganda por el tema de la anorexia, tema que no es menor en las mujeres.

    Eso XD

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