viernes, 31 de julio de 2009

Mujeres de la Atenas clásica

En nuestra sociedad día a día se ven las grandes diferencias que existen entre hombres y mujeres, en Chile esta realidad lejos de mejorar y desaparecer se mantiene pese a los avances y "progresos" que ha tenido el país. Los roles femeninos durante mucho tiempo fueron cuidar del hogar, ser buena esposa y madre ejemplar, cuando se abrió la posibilidad de que la mujer ingresara al mundo de los estudios y el trabajo remunerado muchas mujeres creyeron que sería el camino a seguir para lograr la tan esperada igualdad de condición y el respeto merecido ya sea en la sociedad como en el hogar, pero sólo fue un cambio de actividades.

Hoy en día las mujeres se debaten entre ser perfectas dueñas de casa o en avanzar en su carrera profesional, estas dos facetas suelen chocar con los deseos de cada mujer, por causa de la sociedad que desde tiempos remotos nos impone tareas y límites específicos, o bien eres madre o profesional. Creo que ese carácter limítrofe que se le da al desenvolvimiento de la mujer en nuestro tiempo esta marcado desde el mundo antiguo. Si bien en este ensayo no podré abarcar la multitud de factores que cooperan para limitar los espacios y derechos bien merecidos de la mujer, trataré el tema viendo la realidad y espacio en que las mujeres de la sociedad griega ateniense vivieron.

Las mujeres en Atenas

En la polis de Atenas las mujeres aristócratas desde pequeñas tenían la vida marcada por el encierro en su hogar, ya que para los griegos ese era el lugar donde una mujer decente debía estar, su educación consistía en aprender a llevar las labores domésticas a diferencia de los hombres quienes estudiaban retórica, matemáticas y filosofía, Platón en La República habla que la mujer posee naturaleza diferente a la del hombre, por ende su educación y sus labores deben ser diferentes también1. A medida que aumentaban en edad las aristócratas atenienses iban tomando mayores responsabilidades, ya en la pubertad las niñas debían casarse y cumplir con su deber de dar hijos a la polis y mantener un oikos bien cuidado, ya que la base de la polis era la familia. Por lo tanto acá se ve la labor y derechamente el deber de tener hijos de la mujer ateniense, la historiadora Sarah Pomeroy afirma que “matrimonio y maternidad eran considerados los objetivos mas importantes de toda ciudadana”2. La labor de la mujer de tener hijos era realmente importante, sobretodo en las aristócratas ya que así se incrementaba el número de ciudadanos en la polis para ejercer cargos políticos y también militares, resaltando este último en la Guerra del Peloponeso cuando Pericles en su discurso fúnebre insta a las mujeres a tener hijos3

En otro ámbito las mujeres eran vistas como estorbo y carga para quienes eran padres o esposos de ellas, según Simónides de Amorgos las mujeres eran “pues la cosa más mala que hizo Zeus es la mujer. Pensamos que nos sirve, y es lo mas malo para el que la tiene”4creo que al decir eso, Simónides se refería a su utilidad como dadora de hijos a la polis, pero que pese a eso no les servían, mas bien dañaba al hombre. Claramente con afirmaciones como esta se nota un afán de herramienta, carácter de instrumentalidad que se le daba a la mujer en la época, éstas eran servibles en la medida en que se casaban y tenían hijos para la polis, mas allá de eso están las características que ellas debían tener para ser “buenas mujeres”. En otro fragmento de Simónides de Amorgos describe que la mujer ideal debe aumentar la vida de los hombres, amar a su marido y envejecer al cuidado de sus hijos5, también tenemos en esa misma postura a Pericles en el discurso fúnebre cuando le recomienda a las mujeres que su nombre no ande en boca de ningún hombre ni para bien ni para mal6, esto puede ser interpretado como que las mujeres debían ser sumisas y de carácter poco llamativo.


Haciendo la diferencia de vida por clases, las mujeres aristócratas tenían poca importancia más allá de su hogar, ya que solamente salían de sus hogares para festividades religiosas y funerales y no tenían ninguna importancia en la política ni en los asuntos públicos ya que eran las labores por excelencia ejercidas por los hombres. Debo mencionar que ellas eran la clase social mas restringida en Atenas, ya que las mujeres libres no aristocráticas debían hacer las tareass del hogar por completo a diferencia de las aristócratas quienes sólo daban órdenes a sus esclavas en los quehaceres del hogar, por ende estas últimas permanecían todo el día en su hogar y las otras no.

Las mujeres libres no aristocráticas poseían un grado mayor de libertad que las arictocráticas y viéndolo críticamente se esperaban menos características y cualidades en ellas que de las aristócratas. Estas mujeres debían cuidar del oikos y de su familia al igual que las de clase alta, pero ellas podían salir del hogar ya que no poseían esclavas que hicieran las labores externas que necesitaban para mantener el oikos, Pomeroy afirma que “las mujeres pobres que carecían de esclavas no podían ser sometidas a reclusión”7 ellas tenían mayor contacto con la sociedad y con otras mujeres de su misma clase, por lo tanto tenían mas crecimiento social y “libertad” que las aristócratas, pero poseían el mismo nivel de educación que ellas en cuanto a lo doméstico.

Por otra parte tenemos a las prostitutas atenienses quienes a diferencia de las mujeres anteriormente nombradas poseían mayor libertad, siendo el único inconveniente su trabajo o labor en la polis. Existían muchas mujeres atenienses que ejercían este oficio, las prostitutas pagaban impuestos y debemos destacar que no necesitaban de nadie que los pagara por ellas. Según Pomeroy, las prostitutas de mayor grado social tenían acceso a formación tanto política como filosófica, eran reconocidas por sus capacidades en la economía y que estas condiciones y capacidades de las prostitutas eran más llamativas que las de sus esposas para los hombres de la época8. Considero contradictoria esa forma de ver a las mujeres de distintos tipos, separarlas según sus “capacidades”, por parte de los atenienses, ya que sus mujeres eran encerradas y limitadas en cuanto a sus capacidades y deberes por causa de ellos mismos y esas cualidades que les negaban a sus mujeres eran vistas de buena forma cuando las poseían prostitutas.

Contextualizando este trabajo, creo que esta situación es similar a la que se vive día a día en las sociedades actuales, los hombres admiran a las mujeres exitosas, pero ven con cierto temor a que esas mujeres tomen sus lugares y estén a la par con ellos y ese es el problema que se viene generando desde la antigüedad, el hecho de que una mujer tenga la misma capacidad laboral, mental y cultural que un hombre.

Estoy segura que si a las mujeres atenienses en general se les hubiera dado la oportunidad de desarrollarse y tener acceso a las artes, oficios políticos, educacionales y culturales que tenían los hombres, en este momento la historia tanto pasada como actual sería diferente.

Los prejuicios en la historia ( y mas bien en la vida cotidiana) en nada ayudan a interpretarla, por lo tanto creo que enjuiciar y castigar a los griegos por sus formas de ver y tratar a la mujer no lleva a nada mas que seguir el juego de juzgar algo sin conocerle ni darle la oportunidad de ser escuchado bajo sus principios, es por eso que en este ensayo mi intención no fue hacer un juicio de valor ni tratar de grandes culpables a los griegos por las limitantes que tenemos las mujeres hoy en día, sino que pretendo sentar la base de que nuestro presente se viene repitiendo desde mucho tiempo atrás y que ya es hora de dejar eso y construir una nueva sociedad mas igualitaria y no sólo eso, sino que también enseñar el respeto por las capacidades que cada uno posee y que no son medidas por el género al que pertenezcan.

Este trabajo no es un manifiesto feminista, es un escrito de atención a lo que rodea mi vida y la de ustedes. Saludos y buena lectura para todos.



Referencias:

1 Cf. Platón, La República. Santiago, Ercilla, 1988. P. 135

2 Sarah Pomeroy, Diosas, rameras, esposas y esclavas. España, Akal, 1999. P.78

3 Cf. Pericles, Discurso fúnebre. Antología de fuentes escritas

4 Simónides de Amorgo, La raza de las Mujeres. Antología de fuentes escritas. Antología de la literatura griega siglo VII a.C al IV d.C. Frag. 7D

5 Cf. Simónides de Amorgo, La raza de las Mujeres. Antología de fuentes escritas. Antología de la literatura griega siglo VII a.C al IV d.C. Frag. 7D

6 Cf. Pericles, Discurso fúnebre. Antología de fuentes escritas.

7 Sarah Pomeroy, Diosas, rameras, esposas y esclavas. España, Akal, 1999. P. 98

8 Cf. Sarah Pomeroy, Diosas, rameras, esposas y esclavas. España, Akal, 1999. P. 107