domingo, 23 de agosto de 2009

Sentimientos y emociones de la edad media

Como todo ser humano inserto en la sociedad o fuera de ella, los hombres del período medieval poseían una gran variedad de sentimientos y emociones en la vida diaria, pena, ira, cólera, avaricia, melancolía, instantes finitos de devoción a Dios, lealtad, venganza, pasión, envidia y miedo, sentimientos que hoy en día todos tenemos. De estas emociones no escapaban ni los más altos académicos, príncipes, ni religiosos ni el hombre que estaba mas abajo en la pirámide social de la edad media. Cada uno vivía acorde al lugar en el cual estaba y usualmente según ese lugar social eran los sentimientos que tenían, los siervos temían por sus vidas ante la inestabilidad en que vivían, los señores temían que les quitaran sus tierras y riquezas, o bien que se les traicionara. Así mismo ocurría con cada acción o hecho que rodeara a los hombres medievales, el nacimiento de un bebé, la muerte de alguien importante, matrimonios, guerras, cruzadas, predicaciones de monjes, etc.., cada uno de éstos elementos contribuían a llenar la amalgama de emociones y sentimientos que tiene el hombre, y particularmente, el hombre medieval.

En este ensayo veremos los sentimientos más comunes en la sociedad medieval, emociones tanto de carácter positivo como negativo, las cuales llenaron de vida la edad media, y que también nos demuestran que somos iguales a ellos.

Pasión: expresión de amor al límite

La pasión es uno de los sentimientos que más se encuentra presente en la historia del hombre, ejemplos son muchos, pero en la edad medieval, la pasión tiene la figura de Dios como estandarte en mayor plano, ¿cuántos hombres salieron a las calles a predicar la palabra de Dios, cuántos mas realizaron peregrinaciones a lugares santos?, ¿cuántos hombres fueron convocados bajo discursos llenos de pasión y en algunos casos de conveniencia, para ir a las Cruzadas, en nombre de Dios? ¿Acaso no era una labor llena de pasión el desarrollar una serie de postulados, avalando la existencia de Dios?, por otro lado también vemos actos de pasión sin la presencia de Dios de por medio, tal como hizo el destacado filósofo Pedro Abelardo, quien por amor y pasión se enamoró de su pupila Eloisa y tuvieron una gran historia de amor y fama que perdura aun en estos tiempos por sus amores prohibidos.

Partamos por los hombres predicantes de la palabra de Dios. Es sabido que en la época medieval muchos hombres de diferentes órdenes, tales como la orden de los dominicos y de los hermanos franciscanos, salían a predicar la palabra de Dios y acercar la Iglesia a los hombres simples que no sabían leer y que en la mayor parte del día trabajaban. Como anteriormente dije, los dominicos y franciscanos eran los más vistos en las calles predicando, en el libro Otoño de la edad media, Huizinga dice que cuando al franciscano Antoine Fradin le era prohibido predicar en París, porque su sermón era contra el mal gobierno que había en ese entonces, Huizinga dice que la gente lo defendía armada, incluso las mujeres del lugar salían a protegerlo para que diera sus sermones [1], su pasión y amor por el creador iba mas allá que los dictámenes gubernamentales en contra suya. Huizinga también habla de un hermano Ricardo quien “predicó, en 1429, en París diez días sucesivos”[2], acto de mayor pasión religiosa que este, no existe.

Luego tenemos aquellos hombres y mujeres que peregrinaban a iglesias en busca de tocar reliquias santas o pagar algún tipo de manda. No olvidemos que viajar en la época medieval no es lo mismo que viajar en nuestra época, ya que en esos años no se viajaba con dinero, ni comida, ni ningún tipo de comodidades, es mas el camino hacia los centros de peregrinación estaba lleno de obstáculos y peligros de muerte. Por ende quienes viajaban en peregrinación, lo hacían por gratitud, pasión, agradecimiento y amor a Dios, sino, ¿para qué arriesgar la vida, sin tener un motivo más importante que esos?.

Otro momento de pasión son las cruzadas, en las cuales hombres, ancianos y niños abandonaron sus hogares y en un gesto de unidad cristiana fueron a combatir contra los infieles y recuperar la tierra santa. Aquellos hombres simples que fueron a las cruzadas, acudieron por mera pasión y valentía a rescatar tierra santa, ya que nada ni nadie se los impedía, y no tenían tampoco nada que perder defendiendo su credo ante los infieles.

Los hombres con mayor status, quizás la mayoría, fue por las riquezas y el poder que podrían obtener si lograban triunfar, fueron muchos por conveniencia en el caso del emperador, así lograba tener el poder terrenal junto con el espiritual[3]

Por otra parte están los hombres que dedicaron sus estudios, vida y tiempo consagrándolos a la prueba de la existencia de Dios, muchas veces el método usado para llegar a esa verdad y que también era usado para avalar sus hipótesis fue condenado y perseguido por la Iglesia, quien aparentemente temía a lo nuevo, y aun así éstos hombres se enfrentaron a la propia Iglesia , Santo Tomás, San Agustín, Pedro Abelardo, Orígenes de Alejandría y tantos mas siguieron con su misión con amor, fe y pasión, logrando así dar ideas concretas defendiendo a Dios.

Ahora seguiremos con la pasión sentida por un hombre y por una mujer, Abelardo y Eloisa, quienes fueron tutor y pupila, con el tiempo desarrollaron una hermosa relación amorosa no permitida por el cargo académico de Abelardo y tampoco permitida por el tío de Eloisa, quien era contrincante de Abelardo en cátedras. En el momento en que el tío de Eloisa supo que ella se encontraba embarazada, separó a la pareja, quienes terminaron cada uno tomando votos religiosos[4]. No existe nada más pasional que una historia de amor frustrada e incomprendida.

Miedo: motor de la sociedad

Otro sentimiento que es visto con frecuencia dentro de la historia, es el miedo, el cual se ve notoriamente en la edad medieval, quizás era miedo a vivir, sufrir calamidades, vivir deslealtades, a perder la vida, perder también las riquezas y el poder, caer en desgracias y no tener nunca a la fortuna del lado correcto. El miedo es el sentimiento que mas mueve a la sociedad medieval, partiendo de la base en que el sistema feudal fue instaurado por la falta de protección ofrecida por el gobernante de cada región occidental frente a las invasiones bárbaras a sectores occidentales. Existía y convivían todo tipo de miedos en la edad medieval.

Estaba el miedo a morir envenenado por tomar agua normal de los ríos, morir asaltado, de hambre, frío, sed, etc.., en si la edad medieval estuvo llena de peligros que fomentaban el miedo en los hombres.

Un ejemplo de ello es el miedo que tenía la Iglesia Católica en dejar de ser el pilar fundamental en occidente, dejar de ser la entidad que entrega cultura y unidad a la sociedad, dejar de ser el punto de comunión entre los hombres de occidente. La iglesia se sintió amenazada ante sociedades orientales que llevaban conocimientos nuevos, religión diferente, y forma de vida urbana al occidente, ante lo cual reaccionó convocando las cruzadas, las que con el tiempo llegaron a ser un medio de control y fiscalización social[5].

Melancolía: nostalgias de la vida

La melancolía o nostalgia de tiempos mejores y más bellos dice Huizinga era algo que siempre pensaban los medievales[6], edades quizás mas tranquilas y bellas que las que vivió el hombre medieval. Este sentimiento tan maravilloso si se aprende a querer se ve sumamente plasmado en la literatura de la época medieval, desde los poemas de los Goliardos, hasta la poesía de Chastellain para Huizinga. Quizás la poesía goliardesca se pueda tomar como un referente poco serio, pero en si esta poesía está llena de sentimientos de infortunio y melancolía, pesadez por la vida poco agraciada que muchos hombres tenían, se ve claramente la desesperanza y resignación de lograr tener algo mejor, de igualdad fuera de una taberna, lugar donde todos eran iguales según lo que se aprecia en los poemas de los goliardos, de conseguir el favor de la tan anhelada fortuna que muchos hombres querían tener para solucionar sus problemas y angustias, “Oh Fortuna, más variable que la luna, siempre creces o menguas; una vida miserable nos embota y nos agudiza los sentidos…”[7].

Melancolía y nostalgia, iban de la mano en cada una de las expresiones culturales que existía entre el hombre medieval, incluida en la vida cotidiana de todos, sean hombres de poder o simples personajes de la vida medieval. Unos añoraban con tener más, otros añoraban con lograr ser mejor en la vida, muchos soñaban con cambiar la sociedad, dando críticas con aires de nostalgia de un pasado remoto o en búsqueda de un futuro mejor.

Ira, cólera, avaricia y deslealtad: cuarteto de emociones en la Edad Media

Estos sentimientos a mi juicio no pueden estar separados, ya que quien por avaricia pasa por arriba de su familia o cercanos, comete deslealtad, haciendo que éstos remonten en cólera y también en ira. Traiciones familiares en la época medieval hay muchas, Huizinga da ejemplos sobre lealtades quebradas en la realeza, Dante en la Divina Comedia también recalca que ésta era muy importante tanto en la tierra como en el infierno, mostrando las graves penas y castigos que sufrían los hombres que en vida traicionaron a sus cercanos. Así también, Dante habla de la ira, sentimiento severamente castigado en el infierno, dice que quien reacciona con ira está anulando su capacidad lógica de pensamiento, por ende no merece lugar privilegiado ni en esta vida, ni mas allá, lo mismo ocurre con la avaricia, que posee lugar predeterminado como castigo a los hombres llenos de ella.

La literatura en estos casos nos enseña partes de la vida que no siempre se ven en textos como crónicas o fuentes hechas con fines históricos (que se encuentran en poca cantidad de fuentes), la literatura refleja el estado en que se desenvuelve una sociedad, ya sea sus cualidades como sus defectos, en estos casos Dante muestra de gran manera los valores que se requerían para sobrevivir en la época medieval, y los defectos que no se debían tener, pero que sin embargo existían en gran manera. También los poemas de los Goliardos que mencioné anteriormente, reflejan los sentimientos de desesperanza que se tenía y sentía en la sociedad medieval, fueron una salida, un punto de escape para hombres que veían que no tenían mejora.

Quizás me salí bastante de la bibliografía que debía usar, pero creo pertinente usar la literatura para reflejar lo que quiero decir, y ese mensaje es que la sociedad medieval poseía millares de matices, de sentimientos y emociones, que nosotros en la actualidad conservamos guardados en nuestra forma de ser. Miedo, pasión, melancolía, ira, cólera, deslealtad, y avaricia son los tópicos cotidianos en los que nos desenvolvemos, al igual que en la época medieval. Quiero decir también que pese a estar separados por muchos años, tenemos hoy en día las mismas preocupaciones que los hombres medievales que pasaron por esta tierra hace mucho tiempo atrás, y no es que sea malo, sino que quiero expresar que tenemos bastante en común con la sociedad medieval que tantos hombres han criticado en nuestra época, tachándolos de vivir en una era oscura y falta de cultura, casi atrasados a lo que fue el mundo antiguo, bueno yo desde este ensayo les digo, sentimos en esta época, tal cual como los hombres medievales sintieron en la de ellos.



[1] Huizinga, J. El otoño de la edad media: Estudios sobre la forma de la vida y del espíritu durante los siglos XIV XV en Francia y en los países bajos. Madrid, Alianza Editorial, pág. 15.

[2] IBIDEM

[3] Alphandery, P. La cristiandad y el concepto de cruzada; las primeras cruzadas. México: Union Tipográfica Editorial Hispano Americana, pág. 3

[4] Fernández, Héctor. Introducción a la filosofía medieval; la filosofía escolástica. Santiago, Chile.

[5] Alphandery, P. La cristiandad y el concepto de cruzada; las primeras cruzadas. México: Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana, pág. 5.

[6] Huizinga, J. El otoño de la edad media: Estudios sobre la forma de la vida y del espíritu durante los siglos XIV XV en Francia y en los países bajos. Madrid, Alianza Editorial, pág. 40

[7] Arias y Arias, Ricardo. La poesía de los goliardos. Madrid: Gredos, 1970.pág. 221



Bibliografía

Alighieri, Dante. La divina comedia. Editorial Ercilla

Alphandery, P. La cristiandad y el concepto de cruzada; las primeras cruzadas. México: Unión tipográfica Editorial Hispano Americana.

Arias y Arias, Ricardo. La poesía de los goliardos. Madrid: Gredos, 1970

Fernández, Héctor. Introducción a la filosofía medieval; La filosofía escolástica. Santiago, Chile.

Huizinga, J. El otoño de la edad media: Estudios sobre la forma de la vida y del espíritu durante los siglos XIV XV en Francia y en los países bajos. Madrid, Alianza Editorial.

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